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El cultivo del mejillón en Galicia: las bateas y su historia

Batea-Rias-Baixas Canthynnus Conservas gourmet
Por Canthynnus Team en Cultura

¿Dónde se cultivan los mejillones? La batea es un sistema de cultivo que desde hace décadas se utiliza en Galicia para el cultivo del mejillón también conocido como miticultura. Te lo contamos.

Hoy en Canthynnus nos gustaría hablar de una de las estrellas de las conservas en España: el mejillón y su cultivo, llamado también miticultura. Aunque hoy en día son todo un clásico y de hecho las conservas de mejillón ocupan el segundo puesto como las más consumidas tras las sardinas en España, conviene aclarar que durante décadas y casi hasta mitad del siglo XX este molusco se consideró un alimento de segunda o de pobres. Su éxito vino tras un fracaso de la industria con el cultivo de la ostra y ante la búsqueda de estrategias de diversificación  para escapar de la dependencia sardinera. A partir de 1950 su éxito, aunque con algunos baches por el camino, fue casi imparable, hasta llegar a ser el superventas e icono que es hoy en día. 

Los mejillones son una auténtica joya gastronómica de Galicia y desde el 2007 son una Denominación de Origen Protegida, la DOP Mexillón de Galicia, y la única DOP para un producto del mar en España.

¿Qué es una batea?

¿Cómo se pesca un mejillón? ¿De dónde salen y cómo se cultivan? Para entender bien su cultivo, por supuesto, hay que saber antes cómo es el mejillón, una especie singular frente a sus otros primos moluscos y un animal sedentario. Esto quiere decir que, tras ser fecundadas, sus larvas nadan libremente y transcurridos cinco días  se fijan definitivamente a una superficie a través de su biso (la parte de pelos que arrancamos para poder comerlo). Para su cultivo, sólo hay que elegir dónde queremos que se fije.

Imagen: buceoriasbaixas.com

¿Qué es una batea? La batea es un sistema de cultivo, viveros flotantes que constan de dos partes: la superficial, de forma rectangular y construida con travesaños de madera de eucalipto con flotadores, y la sumergida, conformada por las cuerdas donde se adhiere el mejillón. Como estarás acostumbrado a ver en las imágenes de las rías gallegas, estas plataformas están unidas a varios flotadores de fibra de vidrio que están anclados al fondo del mar y hacen que la batea no se mueva. 

Aunque os sorprenda, el cultivo del mejillón no procede como tal de Galicia, sino de Barcelona, Tarragona y Valencia, donde ya se comenzaban a cultivar a comienzos del siglo XX. Basándose en técnicas de franceses y holandeses, usaban artilugios flotantes o estacas que, al no obtener demasiado éxito, comenzaron a probarse en Galicia donde funcionaron a la perfección. Tras décadas de experimentación en las que las bateas eran poco más que balsas y barcos adaptados,  se fueron perfeccionando y el sector comenzó a regularse en los 50 y en 1976 Galicia ya era el primer productor mundial de mejillón (posteriormente desbancado por China).

Entre el 9 enero y abril se obtienen las crías y se van fijando a mano a las cuerdas colgantes con la ayuda de una manga de red biodegradable que desaparecerá al cabo de unos días. 

A los cinco meses, al crecer de tamaño, se realiza el “desdoble”, una operación que se realiza sobre la cubierta de un barco con la que se iza la cuerda, se separan las piezas de mejillones y se vuelven a encordar para que crezcan.  Los mejillones permanecerán otros nueve meses y su crecimiento dependerá de múltiples factores comparables casi a la agricultura: los factores meteorológicos, los parásitos, las oscilaciones de temperatura, la riqueza de las aguas…

¿Cuánto produce una batea?

El Consejo Regulador de la DOP Mexillón de Galicia establece un máximo de 500 cuerdas por batea, siendo cada una de ellas de 12 metros de longitud como máximo. Pero lo habitual es cada batea tenga unas 400 cuerdas de 5 a 10 metros de longitud. De ellas se obtienen en torno a 20 kilos de mejillón adulto por cada metro, lo que supone una producción anual media por cada batea de entre 40 y 80 toneladas de mejillón, aunque en algunos casos se llega a sobrepasar las 100 toneladas anuales. En 2019, la producción de mejillón certificado dentro de la DOP Mexillón de Galicia superó todos los registros con 56.000 toneladas.

Se estima que hay un total de 3.337 bateas autorizadas, siendo la Ría de Arousa la que mayor densidad de bateas presenta siendo, por lo tanto, la de mayor producción.

Algunos de los retos a los que se enfrenta la miticultura

En la actualidad, uno de los mayores retos del sector pasa por el control de las mareas rojas, episodios tóxicos naturales en los que microalgas generan sustancias tóxicas que pueden llegar a paralizar la actividad. Además, un reto que nos interesa especialmente en Canthynnus, es cómo están comenzando a dar segundo uso a un residuo tan abundante como la concha de mejillón. Así, la industria está volviendo a apostar por no dejar que se convierta en un residuo y reutilizarla y aprovecharla como se había hecho toda la vida: para pavimento de calles y carreteras, recubrimiento de fachadas o en trituración de harinas para piensos compuestos y fertilizantes. Una industria con mucho pasado y que también puede tener mucho futuro.

Y ahora que ya sabes más sobre el mejillón y su cultivo, ¿de veras no se te antoja una lata de mejillones?

Imagen de portada: Martina Miser