¿Qué es la Economía Azul?

La Economía Azul propugna un nuevo modo de vivir y de producir con el fin de fomentar un desarrollo económico sostenible con nuestro planeta garantizando el futuro de las generaciones venideras.
El concepto de Economía Azul (o Blue Economy en su traducción literal al inglés) busca promover el crecimiento económico, la inclusión social y la preservación y mejora de los medios de subsistencia, al tiempo que se garantice la sostenibilidad medioambiental de los océanos y sus zonas costeras. Un concepto que de forma explícita reconoce la importancia de nuestros mares y océanos como fuente de riqueza y bienestar por su potencial para la desarrollar actividades económicas de vital importancia para el ser humano.
Son varias las dimensiones y las actividades que se consideran parte integral de la Economía Azul, conviviendo actividades que pueden considerarse tradicionales (la pesca, la acuicultura, el turismo, el transporte marítimo, la desalinización o la construcción naval) con nuevas actividades que progresivamente van ganando mayor protagonismo: la energía renovable marítima, la biotecnología marina, la minería marina, etc.
La Economía Azul frente al calentamiento global
Pero el concepto de Economía Azul pretende ir más allá de las actividades económicas más o menos tradicionales en relación con el mar. Como objetivo prioritario – en palabras de Gunter Pauli, uno de sus principales valedores – busca cubrir las necesidades básicas de todos en base a los recursos existentes e introduciendo innovaciones inspiradas en la naturaleza porque nuestros océanos contienen más del 95% de toda el agua del Planeta y sostienen el 80% de sus formas de vida.
Además de fuente de riqueza, nuestros mares y océanos constituyen el principal recurso para luchar contra el calentamiento global y asegurar el suministro mundial de alimentos a medio y largo plazo.
Nuestros océanos constituyen uno de los principales sumideros de emisiones de carbono del mundo. Según datos de la revista National Geographic se calcula que aproximadamente un 30% del CO2 que los humanos emiten a la atmósfera es absorbido por las capas superficiales de los océanos. Asimismo, se estima que los océanos producen el 50% del oxígeno del Planeta a través de los procesos de fotosíntesis asociados al fitoplancton que se encuentra en profundidades hasta los doscientos metros. Se estima que el fitoplancton produce entre el 50% y el 85 % del oxígeno que se libera cada año a la atmósfera.
Los mares y océanos fuente de salud
Los alimentos que provienen de nuestros mareas y océanos contribuyen de forma decisiva a la seguridad alimentaria puesto que son enormemente nutritivos y contienen minerales, vitaminas, ácidos grasos omega-3 y otros nutrientes esenciales que no se encuentran en proteínas de origen animal o en proteínas vegetales.
Según datos de la Unión Europea, nuestros mares y océanos constituyen la fuente primaria de proteínas para más de tres mil millones de personas en el planeta. Y no solo. Estudios recientes en relación con el consumo de alimentos proveniente de la acuicultura marina, nuestros mares y océanos podrían llegar a proporcionar seis veces más alimentos que en la actualidad y más de dos tercios de la proteína animal necesaria para alimentar a la población mundial.