Descripción
Origen
Estos peces poseen un cuerpo alargado y delgado que es seguido por un pico de las mismas características con finos dientes afilados, por lo que, físicamente, parecen una aguja. En invierno, el Picudo gacho se adentra en aguas más profundas del océano, mientras que cuando se acerca el tiempo primaveral y el verano, se aproximan más a la costa, siendo entonces su pesca más fácil. Los ejemplares de esta conserva han sido capturados en la costa cantábrica, entre Galicia y el País Vasco, a través del arte del cerco.

Elaboración
Las agujas son pescados poco abundantes, por lo que, para asegurarse el abastecimiento a lo largo de todo el año, es muy común que se trabaje con el producto congelado. Para iniciar la elaboración de esta conserva, en primer lugar este pez es convenientemente descongelado la noche de antes. Una vez se encuentra en condiciones óptimas para ser manipulado, se limpia a mano. El siguiente paso es tostar la carne, un proceso que se desarrolla con el fin de obtener una textura más firme. Tras ello, las agujas se colocan de forma manual en la conserva, se cubren con aceite de oliva y se esteriliza la lata.

Experiencia
Se pueden consumir tal cual, aunque también puedes añadirlas a una tosta con aguacate, en una ensalada de lentejas con hinojo o en otra de tomate, aceitunas y cebolla encurtida en agua y vinagre. También puedes utilizar esta conserva de agujas en un plato con berenjena asada y labneh, por ejemplo.

Conservación
Su vida útil es de 6 años a partir de la fecha de fabricación, sin embargo, los expertos conserveros aconsejan que, una vez abierto el producto, se consuma en las siguientes 24 horas. El lugar ideal de conservación debe ser fresco, seco y que no supere los 35ºC, sin ser necesario el frío industrial.

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