Descripción
Origen
El tarantelo es un corte del atún rojo con mucho sabor -y menos graso que otras partes como la ventresca- que ahora Canthynnus te ofrece de un túnido diferente: el bonito del norte. Los ejemplares de los que proceden estas piezas se pescan en las aguas del mar Cantábrico, a las que se les saca esta carne tan equilibrada entre la grasa y lo magro.

Elaboración
Lo primero que se hace es someter al tarantelo de bonito del norte a un proceso previo de salmuera, que permite eliminar un poco de agua al pescado y sazonarlo de forma uniforme. Luego se seca, se embolsa al vacío y se cuece a baja temperatura para que conserve todas sus propiedades organolépticas. Por último, se rellenan las latas una a una de forma manual y se añade aceite de oliva y, en menor medida, virgen extra de arbequina para no enmascarar el sabor del bonito.

Experiencia
Puedes integrar trozos de este tarantelo de bonito del norte en pintxos de gilda con una aceituna y una piparra. Por supuesto también quedaría perfecto en un papas aliñás o como topping en un carpaccio de champiñones. O, por qué no, en cualquier ensalada de legumbres tipo empedrat con judías o garbanzos y hortalizas variadas y picadas. Y si lo quieres sin legumbres, úsalo en un trempó mallorquín con tomates, pimientos y cebolla.

Conservación
Su vida útil es de 6 años a partir de la fecha de fabricación, sin embargo, los expertos conserveros aconsejan que, una vez abierto el producto, se consuma en las siguientes 24 horas. El lugar ideal de conservación debe ser fresco, seco y que no supere los 35ºC, sin ser necesario el frío industrial.

Maridaje
La textura melosa del tarantelo y la grasa portada por el aceite de oliva se benefician de un vino
fluido y con acidez. Una copa de Cantayano es su pareja perfecta. Este es un verdejo atípico y
sorprendente, cuyos aromas de hinojo y pasto seco recuerdan a un paseo por el campo en
verano. Un blanco de Valladolid tan adictivo como refrescante.

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